martes, 26 de noviembre de 2013

NOTICIA



 El tenis quedó de lado, porque lo verdaderamente importante fue ver por última vez a David Nalbandian en una cancha, con invitados colosales que no defraudaron.

Rafael Nadal y Novak Djokovic, uno y dos del mundo, brillaron e hicieron brillar, porque no se quedaron con su posición de estrellas y dejaron que las luces apunten al cordobés.

El score del singles fue 6-3 y 6-4 para el español, que brindó un poco más de espectáculo que en Córdoba, hace un par de días atrás. El sol que desapareció tarde en La Rural le sintió mejor que el techo del Orfeo de la ciudad de las sierras, donde el "Rey David" hizo pesar la localía.

El punto más flojo de la jornada estuvo desde el lado de la organización, tal vez por la falta de experiencia en este tipo de eventos. Hubo falencias en los accesos (todo el público entró y salió por el mismo lugar) y el precio excesivo en las entradas generó huecos en todos los sectores, haciendo que el público se amontone en el corazón de cada platea.

La tarde abrió con el duelo entre Nalbandian y Nadal. Ambos fueron aplaudidos y vitoreados por igual, aunque en las tribunas lucieron muchas banderas dedicadas a Rafa, que acompañó con un sentido aplauso la entrada del cordobés.

Esta vez, a diferencia de otras exhibiciones, el público molestó poco a los jugadores, salvo algún que otro grito en contra de Juan Martín Del Potro y otros obscenos que se ganaron los silbidos del resto.

Nadal volvió a jugar en Buenos Aires después de nueve años, cuando se retiró abucheado del Lawn Tennis Club tras perder 0-6, 6-0 y 6-1 ante Gastón Gaudio. Ahora la cosa fue bien distinta. El protagonista excluyente era otro y por eso se fundió en un fraternal abrazo con Nalbandian abrazo una vez terminado su duelo.

Entonces, en un acting armado para la ocasión, el unquillense acusó una lesión y pidió médico con urgencia. El que apareció, ataviado con barbijo y una cruz roja, fue Novak Djokovic, que "curó" a Nalbandian y se quedó a jugar el dobles, completado por Juan Mónaco.

El serbio fue el que levantó la tarde. En su condición de showman cumplió con la promesa de darle algo más a la gente que tenis. Los cuatro deleitaron a las casi ocho mil personas del estadio de La Rural.

Se divirtieron y permitieron que todos disfruten de un set lleno de humor y brillos tenísticos. Nadal y Djokovic serán el plato fuerte del domingo, en un choque colosal de los dos números uno de la temporada. Para entonces, el "Rey David" ya habrá cedido su trono del tenis argentino.

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